sábado, 7 de abril de 2012

Pausa

Vivir el atardecer,
cambiar con cada color mineral de la montaña,
correr con el sol escapándose de la sombra,
bañarse con la brisa,
sentir el vapor del mate, saborearlo.
Dejarse invadir por una lluvia de pensamientos,
cambiar de uno en otro con cada auto que pasa,
observar cada paso de una persona, cualquiera,
seguirla con la mirada hasta perderla de vista,
dejar a la retina deleitarse con la metamofosis de contrastes.
Escuchar el ruído, del pasar, del caminar, de las hojas... el tren, las risas.
Detenerse a vivir, sólo a vivir.

1 comentario:

Conito dijo...

Y porque a veces no nos damos cuenta que esas son las cosas que hacen que la vida tenga un sabor distinto; esos momentos de respiro ante lo cotidiano. Te quiero mucho, exito esta semana.