
Nos cruzamos y no nos reconocimos, o sea, eso creo… yo pensé que te conocía pero tu mirada fue fría e indiferente. Ahora que medito sobre ello, creo que no, no nos conocíamos, porque tú nunca llegaste a conocerme y al menos para las relaciones aún se necesitan dos.
Descubrí que era tarde para nosotros cuando noté que el tiempo que pensé detener siguió avanzando y te convirtió en un extraño.
Intenta reconocerme ahora que soy otra, verás que de mí ya no queda más que el mismo nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario